Notas sobre el materialismo
Aquí tres citas bien distintas. Pero que conciernen, cada una a su vez, a una cierta concepción del materialismo. Que nos permiten, podríamos decir, triangular sus contornos.
Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo condiciones elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado.
…no contarse cuentos (ne pas se raconter des histoires).
Odio la realidad, pero es el único sitio donde se puede comer un buen filete.
Una de ellas pertenece a un conocido cineasta judío neoyorkino. La segunda a la autobiografía de un filósofo: El porvenir es largo. La que queda, al único filósofo que, desde 1818, no ha tenido la oportunidad de ser marxista: el propio Karl Marx[1].
Tres citas, que podemos juntar al azar y sin embargo, nos parece, apuntan en la misma dirección. En relación a esa forma de materialismo que pretendemos contribuir a delimitar, la primera funciona como su base filosófica, su explanación[2].
Verbo que designa al mismo la acción de poner llana una cosa -especialmente un terreno- y la de hacer comprensible una cosa. Para construir un edificio es necesario primero delimitar un cierto espacio, alisarlo, consolidarlo. Ex-plicare = deshacer (ex-: movimiento de un interior a un exterior) algo que se encuentra plegado (-plicare: hacer pliegues).
Constructivismo de la acción humana que, tanto en la geosfera (espacio físico) como en la noosfera (mundo de las ideas) en la que habita, no encuentra una orografía lisa, sino por el contrario un mundo por completo estriado, complicado.
En eso consiste la operación filosófica de Marx contenida en el fragmento que hemos citado. Extender el terreno sobre el que pudiera construirse un cierto edificio del materialismo. Que podemos llamar histórico y que es diferente del materialismo dialéctico. Simplemente otro. Aquel se construye sobre otros terrenos, con otros materiales y da lugar a formas distintas.
¿Y qué quiere decirnos Marx? Algo parecido a lo que ya acabamos de decir. Que los humanos somos los protagonistas de nuestra propia historia[3], pero que la historia es esa complicación por la que nos movemos en un terreno ya dado[4]. Una orografía que determina el plano desde el cual partimos. Que el mundo no es liso.
Que somos libres, pero la libertad no se parece en absoluto al gesto heroico de cortar los nudos que que nos determinan, sino la habilidad de movernos entre ellos, deshacerlos, negociar con ellos, anudarlos de formas más bellas y quizás menos opresivas.
La segunda cita nos sitúa ante una cierta posición ética, o ético-política, que sería propia de ese materialismo del que hablamos. Que deviene de él. Ojo con la inflexión de Althusser: no contarse cuentos. Lo que se pone en juego aquí es una cierta relación con la verdad, propiamente materialista.
Pero ¿hay algo acaso más complicado que nuestra relación con la verdad? La verdad, en el campo en el que se mueve el materialismo histórico, es ella tambíen un campo de tensión, de lucha, por el sentido, por los afectos, por el relato.
Constructivismo político de la verdad histórica, de la verdad en el campo social. Los relatos que constituyen los sentidos comunes sobre los que se articula la convivencia, la copertenencia y al mismo tiempo el conflicto social y político.
¿Que verdad es la que está aquí en juego, entonces? La verdad en su efectividad mundana. La verità effettuale della cosa, en la tradición que, de Maquiavelo a Marx, Althusser nos ha enseñado a descubrir una corriente subterránea del materialismo ( materialismo del encuentro o materialismo aleatorio).
Maquiavelo, El Principe, cap. XV: siendo mi propósito escribir algo útil para quien lo lea, me ha parecido más conveniente ir directamente a la verdad efectiva de los hechos que a su imaginación. Muchos se han imaginado repúblicas y principados que no se han visto ni conocido en la realidad. Porqué hay tanta distancia entre cómo se vive y cómo se debería vivir, que quien abandona lo que se hace por lo que se debería hacer aprende más rápido su ruina que su supervivencia.
No contarse cuentos es no sucumbir al encantamiento de eludir ese décalage, Esa cesura que el materialista toma como un dato puro. Como un constituyente básico del plano de la realidad en el que se mueve la acción humana.
La verdad, con la que se relaciona el materialista, es un campo de construcción, y no responde exactamente a la comprobación empírica de una correspondencia. Tampoco está dada en tanto no es un campo conflictual. Pero posee una efectividad.
O más bien se mide por su efectividad, sin que esto caiga del lado del oportunismo discursivo. Más bien se trata de saber: este aparato de conceptos, de relaciones, de hipótesis ¿cuanto son capaces de morder la realidad? ¿De engancharse al mundo y moverse con él, de moverlo a él?
La verdad del materialista no puede ser insensible al mundo. Un aparato conceptual que no es capaz de morder la realidad, de relacionarse efectivamente con ella, no posee verdad. Aunque posea razón.
He aquí el punto ¿A que se opone esta verdad efectiva? ¿Cual es su compañera de viaje, su némesis? La razón. O más propiamente los sueños de la razón (alla immaginazione di essa). Que la verdad del mundo puede contradecir la verdad de la razón. Este es un descubrimiento propiamente filosófico, terrible y pavoroso.
Tanto es así que en la historia de la filosofía ha tomado partido sobre uno u otro punto. Y en ella ha dominado la negativa a, simplemente, aceptarlo. La tentativa de clausurar esta posibilidad. Enfrentada la verdad del mundo y la verdad de la razón, descalificación de la primera en favor de la segunda. Primacía entonces de la razón frente a lo sensible.
Pero no ha sido así en todo tiempo y en todo lugar. A esa corriente que, discurriendo paralelamente a aquella, se ha atrevido a enfrentar esta cesura y esta sinrazón, como un objeto práctico, Althusser nos enseña a llamarla materialismo.
La última cita, una ocurrencia ingeniosa, un chiste, pero un chiste muy serio, designa el campo político donde, necesariamente, se sitúa la acción materialista. No importa cuan lejos esté el mundo de ser como queríamos que fuera. Es el único lugar donde podemos cumplir nuestros deseos.
Toda concepción filosófica y todo programa político que desestime el mundo en favor de otro lugar, está simplemente condenado a sufrir el mundo sin oportunidad de convertirse en protagonista de su historia.
[1] Todo -ismo en filosofía es fidelidad a una obra (que se confunde con un pensamiento), el esfuerzo salvaje por aprehender su coherencia. Y sin embargo el pensamiento, en lo que tiene de intempestivo, de productivo, no funciona exáctamente de ese modo. De todos aquellos que han sido fieles al pensamiento de Marx, él es el último de ellos.
[2] RAE Explanación: 1. Efecto y acción de explanar. 2. Acción y efecto de allanar un terreno. 3. Declaración y explicación de un texto, doctrina o sentencia que tiene el sentido oscuro u ofrece muchas cosas que observar.
RAE Explanar:
[3] Primera conclusión: que el campo de la acción humana, en lo que nos corresponde, es la historia . Y no la naturaleza, por ejemplo.
[4] Segunda conclusión: que pese a esa complicación la acción humana tiene una cierta capacidad de agencia. Ningún fatalismo de la historia, ninguna sobredeterminación sobre la que pudiéramos excusar nuestra inacción.
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